domingo, 26 de julio de 2009

Relaciones Exteriores ¿Cúales?


Estas líneas se escriben cuando sólo faltan 2 días para que se cumpla 1 mes del golpe de estado contra Manuel Zelaya, que condenamos en su forma suficientemente. Los intentos de mediación tanto de la OEA como del Presidente Oscar Arias fracasaron. El memorial de agravios que acumula Zelaya contra la Constitución de su país crece al mismo ritmo que las violaciones a los derechos humanos dentro de Honduras en estos 28 dias del gobierno de Micheletti. Al final tirios y troyanos deberán cargar con el peso de la historia y de la justicia para recomponer los pedazos en que se fracturó esta pequeña nación centroamericana, bueno es decir, con ayuda externa.

Pero a estas alturas donde las acciones se encuentran en un punto muerto, la diplomacia se silencia y las calles se calientan, bueno es mirar porque sabemos tanto de Honduras y porque el resto del debate de nuestra politica exterior se encuentra en este momento en "Las Manos".

Fue clausurada la Cumbre del Mercosur con notables ausencias, tan evidentes que incluso con agradecimientos en medio de la gracia y la diplomacia la agenda se cumplió a cabalidad, sin retrasos, sin demoras y con acuerdos firmados, con cronogramas y plazos, mientras el destino económico de la subregión encuentra las maneras de sortear la crisis, nuestra diplomacia recorre los pasos fronterizos entre Honduras y Nicaragua.

Cuando los vecinos deciden tener Paz y negociar el desarme cerrando el cerco a la narcoguerrilla mediante el empleo de ayuda norteamericana, la palabra SOBERANIA mana sin freno del discurso oficial, ese mismo que se ausenta en las firmas de convenios de cooperación con Bielorusia, Iran y Cuba y que abre los puertos venezolanos, las aguas interiores, el mar territorial y la zona económica exclusiva a "Pedro El Grande". Una crisis más de las muchas con Colombia, ya vendrá la reconciliación cuando los bytes develen sus contenidos.

La relación con Estados Unidos ya comenzó a calentarse y eso que las maletas del Embajador aún no terminan de desempacarse, si condena no lo hace enérgicamente, si guarda silencio es cómplice, nada satisface más que la confrontación, y agotandose el discurso antiimperialista hay que encontrar rápidamente el modo de avivarlo.

Una vez más estamos llegando tarde a la historia, por la puerta de atrás, cambiando el oro por espejos, eso si haciendo ruido y pateando la mesa.