domingo, 2 de agosto de 2009

Libertad de Expresión y Negocios



Si los comentarios que ha emitido el Canciller español Miguel Angel Moratinos sobre nuestro país no fueran trágicos, serían cómicos.

Este ilustre diplomático del PSOE, vino de visita acompañado de un importante grupo de empresarios españoles, se fue rebosante de buenas palabras para el gobierno y de promesas, además con los bolsillos cargados de euros y dólares para echar a andar la economía española una vez más gracias a la generosidad de América.

A pesar los reclamos de cientos de españoles residentes de las expropiaciones de tierras sin pago de justa indemnización, de las advertencias de la comunidad judía serfadí sobre el incremento del antisemitismo, el conspicuo ministro afirma en entrevista al muy español diario El País, que "El nivel de libertad de expresión en Venezuela es satisfactorio".

No deberia sorprendernos esta actitud del gobierno español, ya que es de todos conocido como sus negocios han florecido y generado ganancias en Cuba, país donde la violación sistemática de los Derechos Humanos y la ausencia de libertades democráticas, son meras piedritas en el camino que el PSOE puede quitar sin con ello fluyen los negocios.

Confió el ministro Moratinos en las palabras de sus homológos venezolanos y cubanos, lo que no sabe, es que aún sin levantar vuelo la aeronave que lo llevaría de regreso al Socialismo Europeo progresista del primer mundo y respetuoso de las libetades, que el gobierno ordenó el cierre de 34 emisoras de radio y la promesa de cierre de 206.

Asi cualquiera es socialista, tomando vino de la ribera del Duero reserva, con derechos sociales garantizados, servicios de salud óptimos, y pensiones dignas que garanticen una vejez sin sobresaltos.

Mientras el maná de divisas atraviesen el océano llenando las arcas de España, la libertad de expresión tendrá el nivel que Moratinos le atribuye, lo demás, son negocios y esos si que están en este preciso instante en su mejor nivel. Si lo dudan, preguntenle a los dueños del Grupo Santander.