miércoles, 12 de mayo de 2010

Hipocresía Suramericana y Albista



Parece que la hipocresía, el cálculo, la componenda son ahora los modos de la diplomacia latinoamericana y que la transparencia, el cumplimiento de los acuerdos y la dignidad, pasaron a la historia junto con las celebraciones del bicentenario.
Haciendo un vuelo rasante se pone de manifiesto como el discurso y la acción van por caminos visores nocturnos, lanchas rápidas para la frontera oriente y algunos vehículos para la frontera norte (entiéndase Colombia) de los Estados Unidos.
Brasil suscribe un acuerdo de cooperación militar que incluye también intercambio de equipos y entrenamiento con Estados Unidos, se impone el silencio oficial en el Consejo de Defensa Suramericano, porque quien perturba a Lula mientras ande abriendo puertas con Irán, pero vendiéndole sus equipos al imperio, nadie reclama a Correa quien por un lado vocifera en la superficie junto al Alba contra Colombia y por los túneles transita hacia USA obteniendo las ayudas necesarias para el combate al narcotráfico, eso si, condenemos todos a Colombia, en lo político, en lo comercial y en lo diplomático.
Bolivia rendida al Alba acude presta a dar cuentas en la ONU, en lo interno reprime a los campesinos que protestando por las mismas causas que otrora lo hiciera el Presidente hoy son acusados de contrarevolucionarios.
Chile, ha comenzado a sonar discordante pero su voz aún no tiene seguidores. Argentina gana por todos lados, asegura para el Secretario General de Unasur, diputado, ex presidente, primer caballero de la nación inmunidades y privilegios, muda la sede a Buenos Aires, se queda con el Centro Estratégico de Estudios de Defensa. Los negocios poco transparentes y que reparten lo suficiente permiten un pie en el palacio y otro en la revolución.
Uruguay y Paraguay hablan poco, aportan menos y dependen de los gigantes de Mercosur y seguirán sus derroteros.
Perú y Colombia, juegan solos y mirándose hacia dentro buscan oxigeno con Estados Unidos primero y con la Unión Europea después, aislados de sus pares albistas apoyan las iniciativas de Unasur más por compromiso que por convicción.
Hipocresía suramericana y albista que boicotea a Honduras, pero ignora que Cuba a un año de su regreso a la OEA aún no firma la Carta Democrática Interamericana.
Realmente penoso.