lunes, 1 de agosto de 2011

Llegó Ollanta ¿y ahora qué?


Llegó Ollanta y ¿ahora qué? por María Teresa Belandria
1 Ago 2011

Publicada en www.runrun.es

Llegó Ollanta Humala Tasso nuevo Presidente del Perú y en su discurso inaugural ni defraudó a quienes le avalaron Alejandro Toledo y Don Mario Vargas Llosa, ni sorprendió a la galería de Presidentes, Cancilleres y representantes de los gobiernos que le escucharon, podemos afirmar que en líneas generales cuidó las formas, condenó la corrupción, se declaró soldado de la República, defensor de los Derechos Humanos y de la libertad de expresión.

Afirmó que promoverá la economía de mercado, respetando los principios macroeconómicos, los acuerdos de Libre Comercio con Estados Unidos, la Comunidad Andina y los pactos políticos con UNASUR y el Foro del Arco del Pacífico Latinoamericano; decretó aumento del salario mínimo en dos partes y tendió la mano a los peruanos migrantes reduciendo el costo de las remesas y ofreciendo condiciones para el retorno.

Hasta aquí, todo dentro de lo pautado, un gabinete balanceado, 18 Ministros juramentados que reflejan ab initio concertación política y económica. Ex funcionarios de Alan García como el Ministro de Economía Luis Miguel Castilla, quien era viceministro de la misma cartera, la ratificación del Presidente del Banco Central para que el motor económico siga andando sin sobresaltos y se recupere el riesgo país, un canciller de izquierda pero de dilata trayectoria diplomática Rafael Roncagliolo Orbegoso y que días antes de jurar su cargo se expresaba así:

“Con todo el respeto que tengo por Venezuela creo que tenemos poco que aprender. Es un país petrolero que mira al Caribe. Son realidades distintas, hay cosas que son discutidas allá, que no están en discusión aquí” para rematar diciendo “el gobierno de Humala no pensará en bloques a favor ni en contra de Venezuela” (Associated Press, El Nuevo Herald)

Declaración reafirmada por el propio presidente en su discurso de toma de posesión cuando expresó que “Perú no copiará modelos”. Al menos comenzando marca distancia con el ALBA y con Venezuela mirando hacia el oriente para fortalecer sus lazos con Brasil.

Pero hay varios elementos que es mandatorio considerar del mismo acto y del mismo discurso, lo primero el Presidente juró su cargo con base a la Constitución de 1979 y no con base a la vigente de 1993, generando el reclamo aireado de la bancada fujimorista del Congreso, una provocación innecesaria si se toma en cuenta que Gana Perú no tiene mayoría parlamentaria para adelantar las iniciativas del nuevo gobierno y que necesitará de esos votos. Llega dinamitando los puentes por donde deberá transitar la nueva legislatura si quiere cumplir las promesas electorales. La Constitución fue aprobada bajo el mandato de facto de Alberto Fujimori y el elemento central de los debates y de la campaña del nuevo Presidente y de Gana Perú contra la otrora candidata Keiko Fujimori, fue precisamente sepultar al fujimorismo, por lo que aún y cuando no hizo parte de los 7 programas de gobierno que presentó Ollanta la reforma constitucional será una iniciativa que adelantará el nuevo gobierno.

Segundo, preocupa a los analistas peruanos los anuncios hechos por el Presidente, ya que se retrotraen al gobierno del Presidente del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del Perú de Velasco Alvarado (1968-1975). La creación de una Línea aérea de bandera que ya existió y tuvo (15 accidentes aéreos fatales) en 20 años, la reactivación de la Marina Mercante: que cerró con 500 millones de dólares en pérdidas y abundante corrupción; la reanudación de las funciones del Consejo Económico y Social muy similar al que operó en los años 70 y finalmente el incremento de las regalías mineras que también fue un fracaso en ese período.

Obviamente que el Perú de 2011 no es el mismo de las décadas pasadas, que su clase política, empresarial y comercial está imbuida en los postulados del libre mercado y la tecnología pues los gobiernos de Toledo y Alan García consolidaron una economía sana, creciente y diversificada que colocó a la nación en la senda de la prosperidad, atractiva para la inversión extranjera y referente regional.

Pero la deuda social acumulada y las desigualdades al interior del país son una poderosa tentación para el control estatal de la economía en el afán de distribuir la riqueza y el crecimiento a toda la población. Súmenle la presión de un sector del ejército que mira al Presidente como uno de los suyos y que encarna la posibilidad de devolverles el poder que otrora tuvieron con Velásquez Alvarado, y las reminiscencias de su formación militar y etnocacerista y el Perú que conocemos puede cambiar su dinámica en manos de un nacionalista. Los anuncios más la reforma constitucional que seguramente vendrá así lo indica.

Estaremos atentos al desarrollo de este nuevo gobierno, si el tiempo le da la razón al Nobel y al ex presidente Toledo su aval habrá servido para controlar al monstruo desde sus entrañas y estos 5 años pasarán sin sobresaltos para Perú, de lo contrario corresponderá releer a Vargas Llosa para señalarle con el mayor de los respetos, Don Mario, se equivoco, los militares no cambian y se sabe qué día llegan al gobierno, pero nunca el día que se van.

María Teresa Belandria
@matebe

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