“Si el Gobierno se sigue negando a la observación internacional calificada, evidentemente, el resultado pudiera estar cuestionado no solo por los venezolanos sino también por la comunidad mundial”. El señalamiento, referido a una de las principales exigencias de la Unidad Democrática de cara a las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre, corresponde a la abogada María Teresa Belandria, coordinadora del área internacional de la tolda Vente Venezuela.
Para la también docente en Derecho Internacional Público en la Universidad Central de Venezuela, los ojos del planeta están puestos sobre la crisis del país “porque los demócratas entienden que las formas como se dirimen las controversias, precisamente, en democracia, es a través de las elecciones, y estos comicios son, sin duda, determinantes, porque para salir de la crisis se debe comenzar por cambiar la Asamblea Nacional”, explica.
Belandria, doctorando en Ciencias Políticas de la UCV y profesora en la Universidad Metropolitana (Unimet), considera muy importante que los demócratas del orbe no solo entiendan la dimensión del problema venezolano, sino que sean capaces de denunciarlo.
Desde hace rato nos están mirando…
“Específicamente, el año pasado, constituyó una preocupación de la comunidad internacional, a través de los representantes de los pueblos en los parlamentos, elevar sus voces de denuncia y de protesta frente a lo que estaba pasando en nuestro país, específicamente, con la violación de los Derechos Humanos. Asimismo, en el 2014, 300 parlamentarios del mundo suscribieron una petición para abrir una investigación en la Corte Penal Internacional; y previo a eso, igualmente, suscribieron una comunicación pidiendo condiciones electorales”, afirmó, indicando que la reciente visita de una delegación de senadores concreta un largo proceso emprendido desde foros como el Parlamento Europeo, los parlamentos de Perú,Brasil, Colombia y hasta de la propia Argentina, con un Ejecutivo afecto al de Miraflores.
La experta corrobora que la reciente gira, integrada por senadores españoles y un uruguayo, viene a materializar el trabajo efectuado desde 2010, desde la instalación de la legislatura vigente en la Asamblea Nacional, por un grupo de diputados, entre ellos, María Corina Machado y la Movida Parlamentaria, quienes comenzaron a establecer una gestión que anteriormente era muy común: la diplomacia parlamentaria. “Es decir, sostener relaciones con parlamentarios de otros países, entrar en contacto para informarse de la situación política en otras naciones. Ese trabajo cobró mayor importancia con las elecciones presidenciales de 2012 y 2013”.
Defensa de los DDHH no tiene ni fronteras ni partidos
“En el mundo globalizado de hoy, quizá, las reacciones son mucho más rápidas de lo que eran en el pasado. Por poner un caso, cuando la dictadura chilena, Venezuela que era un país referencia de la lucha de la democracia, hizo que nuestros parlamentarios fueran muy activos en la defensas de las personas que estaban siendo perseguidas. Hay antecedentes sobre todo en las organizaciones internacionales, como la costumbre de permitir que un representante de la oposición que estuviera perseguido hablara ante una organización como la OEA, práctica instaurada por Venezuela”, manifestó.
María Teresa Belandria subraya que desde 1958, luego de la caída de la dictadura perezjimenista, Venezuela era la referencia en la lucha por los valores democráticos y el país donde los abanderados por la libertad encontraban eco.
“Sabían que el Parlamento venezolano iba a respaldarlos, sabían que los parlamentarios iban a denunciar la violación de los Derechos Humanos que ocurrían en las dictaduras del cono sur – en Chile, en Argentina, en Brasil – y ahora, sencillamente, estamos recibiendo la retribución de todos esos años de lucha en boca de los parlamentarios. Es decir, la diplomacia parlamentaria es un elemento fundamental de los países democráticos en los cuales los parlamentarios con independencia de sus posiciones políticas y de sus posturas ideológicas reconocen que la defensa de los Derechos Humanos no tiene ni fronteras ni partidos”, enfatiza, señalando que los representantes de los entes legislativos están obligados a defender a los ciudadanos que son víctimas de los gobiernos.
Falsa ‘injerencia’ para ocultar emergencia
Expresa que el Ejecutivo de Venezuela adopta un rol de no importarte que se produzcan manifestaciones de parlamentarios en el mundo, pues no solamente las desechan sino que las condenan al utilizar el término ‘injerencia’, reprobando las iniciativas de aquellos que promueven la libertad y los Derechos Humanos. Sin embargo, desde la óptica de la opinión pública internacional, esa agenda resulta clave cuando son voceros parlamentarios los que formulan las denuncias.
“No es lo mismo que un ciudadano, un director de una ONG o, incluso, un intelectual denuncie algo en la prensa a cuando es un grupo de parlamentarios de un determinado país el que se une en torno a una causa. Lo vimos con la visita de los senadores españoles: había senadores de cuatro partidos – del Partido Popular, del Partido Socialista Obrero Español, del Partido Convergencia y Unión y del Partido Nacionalista Vasco -, y eso te da una muestra de que el espectro político fue lo suficientemente amplio como para no etiquetar de que se trata solo de una tendencia política la que señala lo que ocurre en Venezuela”, dijo la conocedora en materia jurídica internacional, agregando que lo mismo sucedió con el periplo anterior de una comitiva senatorial brasileña.
La coordinadora del área internacional de Vente Venezuela explica que hay dos tipos de mensaje, pues, además de los ocupantes de curules, “cuando un parlamentario dice ‘estamos en contra de lo que está pasando en Venezuela, queremos que haya una observación internacional calificada, pedimos que se liberen los presos políticos, pedimos que se respeten las decisiones de los órganos internacionales’, en representación de los ciudadanos”; también se encuentra la expresión política de los expresidentes, la cual no puede obviarse en el contexto de los apoyos internacionales.
“Veintisiete expresidentes, durante la Cumbre de las Américas, en Panamá, emitieron un documento histórico; nunca en la historia de nuestro país se había logrado que 27 expresidentes de los más diversos colores e ideologías políticas emitieran un documento de respaldo unánime a la oposición democrática de Venezuela, que está luchando para cambiar al país a través de la vía electoral, pero también exigiendo condiciones comiciales creíbles, libertad de los presos políticos y, sobre todo, ahora, en estas tres últimas semanas, reclamando contra las inhabilitaciones”.
El peso que esto tiene, de acuerdo con la experta, es importante en la comunidad de países, aunque Miraflores actúe como si no le importara, en el momento de sumar y restar aliados. “Si vamos, por ejemplo, a una discusión en la OEA, pareciera que hay un cambio en el número de aliados con los cuales podría contar el Gobierno a la hora de tomar una decisión en el Consejo Permanente de la OEA; es decir, el Gobierno recurre a la Unasur, porque, quizás, es donde piensa que pueda tener mayores apoyos; pero en la OEA, que es la organización hemisférica por excelencia, evidentemente, que cuando tienes a los parlamentarios de tus propios países exigiéndote que tomes una postura, le cuesta mucho más al Estado asumir una posición contraria a lo que tu propia opinión pública interna te dice”.
En la lupa de Crisis Group
La analista recuerda, asimismo, que en medio de la creciente inquietud del contexto internacional por el caos que reina en el país, instancias influyentes de opinión, como la ONG International Crisis Group (ICG) emiten criterios de alerta advirtiendo lo que, además de desencadenar una catástrofe humanitaria en Venezuela, podría incidir severamente en otras latitudes.
“Lo que está advirtiendo el Crisis Group es, precisamente, eso que Colombia, no puede, que no puede Brasil, que no pueden los países del Caribe, que no pueden los países de Unasur, seguir en silencio sin precisar que la crisis económica y la crisis política pueden afectarlos en tanto que un proceso de inestabilidad en Venezuela podría tener serias consecuencias dentro de la estabilidad política de la región. Ya va a haber elecciones presidenciales en Argentina, igual, en otros países, es decir, hay un juego democrático en el cual unos ganan y otros pierden y no hay una crisis profunda como la de Venezuela. Entonces, yo creo que están preocupados y por eso nosotros, como fuerzas democráticas de la Unidad, debemos pedirle a la comunidad internacional que haya una observación internacional calificada”, subraya, alegando que dicha presencia en el sufragio del 6D permitirá que el proceso se cumpla en paz, con tranquilidad y hará que el resultado sea inobjetable cualquiera que este sea.
“Yo creo que las fuerzas de la Unidad Democrática tenemos todas las probabilidades y vamos a ganar en diciembre, pero eso lo hace creíble un proceso de observación internacional calificada, como ocurre en los procesos democráticos; ningún país realmente democrático se niega a una observación internacional calificada, de manera que Crisis Group lo que le está diciendo a los países vecinos es
‘Sres. ayuden a los venezolanos a dirimir su controversia electoral pero donde Uds. sean partícipes y puedan elevar su voz y estar acompañando a las fuerzas democráticas, y también advirtiéndole al Gobierno aquello que no está bien’”.
Belandria sostiene que el informe es importante, con una data muy interesante vinculada a la crisis de política interna: “Yo creo que en lo internacional podría generar una crisis en Unasur, en el Celac, en el Alba, en aquellos países que hasta ahora han sido aliados de Venezuela y que pondrían el acento en la Organización de Estados Americanos, cuyo Secretario General ha sido muy activo en las últimas semanas, tomando una posición, por supuesto, distinta a la que tenía el anterior funcionario en el cargo, al decir ‘las inhabilitaciones son inaceptables porque solamente las dictaduras inhabilitan; nos ofrecemos como observadores internacionales calificados’”.